Que Brasil sigue siendo una oportunidad para las compañías españolas en estos inicios del año 2016 es algo que conocen muy bien muchas empresas españolas, algunas de ellas clientes de Inverbras, que están en aquel país aprovechando las opciones de unos mercados que, si no vírgenes, sí que distan mucho del nivel de maduración en el que están obligados a mover su negocio dentro de España. Un negocio de márgenes irrisorios, competencia feroz y una clientela enseñada y exigente que sabe aprovecharse de las circunstancias.
Las razones son fáciles de entender.
En Brasil podemos identificar todavía mercados muy poco maduros, con unas posibilidades tremendas desde el punto de vista del número de potenciales clientes objetivos y la existencia de pocos actores desde el punto de vista de la oferta. Escasa competencia. Lo a su vez no estimula la búsqueda de mejoras productivas ya que la existencia de unos márgenes más que amplios no justifica la necesidad de la inversión.
Y es ahí donde, las compañías españolas, aportando formas de entender el negocio, mucho más eficaces, con niveles de productividad más altos y acostumbradas a batirse con márgenes comerciales más escasos, encuentran una ventaja competitiva que les asegura el éxito comercial.
Sería el caso de uno de nuestros clientes, la compañía aragonesa Agromelca, a la que, dentro de nuestro proyecto de ayuda a la implantación y desarrollo del negocio, acabamos de acompañar en su segundo viaje a sus zonas de actuación en el estado de Rio Grande do Sul.
Agromelca es, hoy por hoy, el segundo fabricante nacional, por nivel de facturación, de vibradores-recolectores diseñados fundamentalmente para la automatización de la recogida de la oliva, pero adaptable a muchos más tipos de frutos como podría ser la nuez, la naranja u otros.
Con un interés claro por el mercado argentino, uruguayo, chileno y brasileño, donde las extensiones de plantación de olivo van en aumento de forma exponencial decidió crear una filial en este último, y más exactamente en el estado frontera con todos sus mercados objetivos, Rio Grande do Sul.
Desde el principio del arranque del proyecto una cosa estuvo clara. El objetivo número uno sería aprovechar las ventajas competitivas que surgirían fruto de fabricar el recolector localmente esquivando las tremendas barreras arancelarias que tiene todos esos países y que en muchos casos suponen multiplicar el precio de costo por 2,5 o más. A partir de aquí, las razones de elegir Brasil parecieron obvias:
Así las cosas y tomada la decisión, bajo el acuerdo firmado entre Agromelca e Inverbras nuestra responsabilidad pasó a ser el conseguir que la implantación se realizará en el espació más breve de tiempo y en el menor de los costes.
Apoyándonos en nuestro despacho de Sao Paulo, en menos de dos semanas quedó preparada la escritura de constitución (contrato social) así como la legalización y traducción jurada de todos los documentos que los socios españoles tienen que aportar en un proceso de este tipo.
La inscripción en la junta comercial de Porto Alegre nos llevó algo más del tiempo que hubiera sido normal si el registro se hubiera realizado en Sao Paulo o Rio de Janeiro. Pero un mes después la empresa estaba registrada y dada de alta en hacienda a nivel federal con su correspondiente CNPJ, el CIF brasileño. La empresa estaba creada.
En este caso, no fue necesario aportar un administrador local, servicio muy demandado por nuestros clientes, ya que de esta función se iba a encargar el socio local.
Con la compañía creada desde el punto de vista jurídico y fiscal y el objetivo de importar los dos primeros equipos había que moverse pronto para dejar la compañía plenamente operativa.
Empezamos por proceder a la apertura de cuenta bancaria. Después de estudiar una serie de alternativas optamos por gestionarla en el Banco de Santander aprovechando las conexiones internas del banco y el hecho de que Agromelca es ya cliente del Banco de Santander en España. El plazo de apertura fue rápido. Inferior a las dos semanas confirmándonos que podríamos enviar el capital social desde España con la seguridad de que no tendremos problemas con la operación de cambio, lo que no siempre es posible. Para envíos posteriores, eso sí, tendremos que avisar con antelación.
Pactamos también con el banco el registro de la compañía en el SISBACEN clave para poder registrar los movimientos internacionales de capitales.
A continuación, cerramos un contrato de servicio con una asesoría fiscal, laboral y contable que nos asegurará el cumplimiento de todas las obligaciones inherentes a este tipo de actividad desde ya. Hay que tener en cuenta que, en Brasil, muchas de estas declaraciones son mensuales.
Nosotros ya sabíamos que la empresa tendría que ser encuadrada dentro del sistema de “lucro real” a la hora de tramitar el impuesto de la renta de las personas jurídicas ya que solo así podríamos recuperar los impuestos pagados en la importación. A partir de ahí, cerramos el precio de sus servicios a la vez que solicitamos su apoyo para el registro de la compañía en el Sistema de Comercio Exterior, SISCOMEX, indispensable para que la compañía pueda realizar operaciones de importación.
Posteriormente también cerramos un acuerdo con la compañía que se encargará de dar el servicio de despacho de adunas y, en general, la gestión del movimiento de cargas, tanto de España para Brasil como desde aquí a Argentina, Uruguay o Chile.
Con todo esto y un mes después de tener la compañía creada nos volvimos a España dejándola plenamente operativa, en disposición de importar los primeros equipos desde España y, como no, de vender tanto equipos como piezas de repuesto, así como con la posibilidad de prestar servicios de asistencia técnica.
Con la empresa ya operando toca ya iniciar, de forma inminente, las gestiones necesarias para poder fabricar y ensamblar una buena parte del equipo en Brasil de manera que este cumpla con las condiciones de componente nacional y sea considerado un equipo brasileño. Un trabajo que básicamente se centrará en la búsqueda de un plantel de proveedores capacitados para fabricar en los niveles de calidad exigidos. En este sentido, la zona en la que se ha implantado la compañía, tiene un tejido industrial poderoso y con muchas posibilidades.
De esta manera Agromelca se ha posicionado estratégicamente de la manera más óptima posible para desarrollar una serie de mercados, objetivos necesarios, que deberían permitirle doblar su producción durante los próximo dos años transformándola en la compañía número uno del sector a nivel europeo.
Y eso sí...mientras tanto…Brasil sigue en crisis, debido a la inestabilidad política, y a una bajada de sus ventas de materias primas al exterior impuesta por el panorama internacional. Y como no hay mal que por bien no venga, impulsando una caída del real frente al euro, que se transforma en una curiosa ventaja para las compañías españolas que de este modo abaratan cualquier tipo de inversión en Brasil.